Cebolla de Fuentes de Ebro, vino de Cariñena, ternera del Pirineo… algunas maravillas gastronómicas de España proceden de Aragón. Sus agricultores ecológicos y tradicionales, cooperativistas y productores se han unido para remar juntos, y para dar a conocer mejor los manjares de su tierra. Por Fátima Uribarri
Aragón es fuerte en agricultura y alimentación. El campo factura alrededor de 5.000 millones de euros y el empleo agroalimentario lidera dos tercios del territorio de Aragón. Ocupa a trabajadores de comarcas poco pobladas, y sus forrajes viajan a Emiratos Árabes Unidos, China y Estados Unidos. Son logros aragoneses que los agricultores y productores de alimentos maños quieren dar a conocer. «Tenemos maravillas pero no se ven en los lineales de los supermercados o en los menús de los restaurantes», cuenta, por ejemplo, Félix Longás, de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón. Para dar a conocer sus manjares se han unido en la campaña ‘Aragón alimentos nobles’.
Este año han aumentado un 60 por ciento las hectáreas dedicadas a cultivos ecológicos en Aragón
El reto es «dejar de ser el granero de España y pasar a ser su despensa», así lo explica Félix Longás. Aragón es granero por su excepcional producción de forrajes, productos cárnicos, embutidos, vinos… En campos de cultivo ecológico el avance de los últimos años es extraordinario. España es líder en Europa con casi dos millones y medio de hectáreas dedicadas a la agricultura ecológica y en Aragón, en concreto, este año han aumentado un 60 por ciento las hectáreas dedicadas a estos cultivos. «Estamos entrando poco a poco en la comercialización, en llegar de una manera más directa al consumidor», explica Antonio Artal, de Aragón Ecológico. Cada vez cuesta menos convencer a los consumidores, de que «las manzanas feas están igual o más ricas que las guapas», añade. Hay horizonte para la agricultura ecológica. Una cifra alentadora: los agricultores ecológicos aragoneses aumentaron de manera importante este año y ya rondan los 1500.
En industria cárnica Aragón es campeona. «No hay otra comunidad autónoma en España con más preponderancia en ese terreno. Somos el 9 por ciento del territorio español y nuestra cabaña ganadera supone el diez por ciento de la española», cuenta Félix Longás, de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón. También destaca por su potencia en molinería, pastas, frutas de hueso, productos hortícolas y vinos. «Lo importante es que nos conozcan como elaboradores de productos de calidad, que lo perciban los consumidores», insiste Longás.
“En Aragón producimos alimentos para doce millones de personas y solo somos un millón y medio de habitantes”, dice José Víctor Nogués
La calidad la certifica uno de sus sellos más antiguos, C’alial, que lleva 25 años acreditando la excelencia de productos aragoneses. El sello lo lucen los frutos de 35 productores maños: arroz, huevos, aceite, borraja, longaniza, carne de vacuno, o dulces, como la trenza e Almudévar, el guirlache o el pastel ruso. Varias denominaciones de origen, como las cebollas de Fuentes de Ebro, están avaladas por el sello C’alial. «Somos muy valorados, pero es difícil hacer labor de marca porque estamos diseminados por la geografía aragonesa», explica Luis García Manero, presidente de la Asociación para el Desarrollo y Fomento de los Productos con Calidad Alimentaria (C´alial).
También refuerzan musculatura con sus números las Cooperativas Agroalimentarias de Aragón: son 160 cooperativas agrícolas y ganaderas, con más de 50.000 socios, que dan empleo a más de 2000 trabajadores y superan los 800 millones de euros en facturación. «No sé si somos conscientes de que en Aragón producimos alimentos para doce millones de personas y nosotros solo somos un millón y medio de habitantes», dice José Víctor Nogués, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón.
«Competimos con la alfalfa de Estados Unidos vendiéndosela a China y a Emiratos Árabes, eso nos pasa a los monegrinos. Y vendemos vino de Cariñena o de Borja o vino cooperativo; y el ternasco de Aragón, la ternera del Pirineo; y el cerdo lo vendemos en todo el mundo, somos terceros en producción mundial», explica Nogués. «Vamos bien, pero podríamos ir mejor, porque los costes energéticos son un lastre», añade.
Les importan a los agricultores la sostenibilidad y la escasa población de algunas comarcas. «Hay que conseguir que las empresas reinviertan en el territorio. No todo el mundo se tiene que ir a vivir a una ciudad grande. Podemos ser una de las soluciones a la España vaciada con una actividad que genera bienestar a los jóvenes. Lo que hace falta es que los pueblos tengan servicios», pide José Víctor Nogués. Ellos siguen trabajando y ganando fuerza.
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